Los Ángeles sin electricidad, ¿en Ecuador nos podría pasar?



El 9 de julio del presente año, la ola de calor en Los Ángeles dejó sin suministro de energía eléctrica a más de 12 mil usuarios, lo que llevó al Departamento de agua y energía a recomendar restringir el uso de la electricidad.

El acontecimiento ocurrido en Los Ángeles es atribuido a los efectos del cambio climático y esto evidencia el impacto que los eventos climáticos pueden causar en nuestras vidas. Estos eventos nos conducen a pensar en la necesidad de implementar medidas con una consciencia ambiental que integren el uso racional de la energía.

La responsabilidad sobre la implementación de medidas que permitan acercarnos a un uso más responsable de la energía recae sobre todos los actores de la sociedad. Requerimos no solo ahorrar energía y recursos al país, sino reducir el efecto que nuestras actividades tienen sobre el ambiente y con esto, los efectos del cambio climático.

¿En el Ecuador nos podría pasar?

Diferentes estudios indican que el cambio climático es una realidad, los modelos predicen con cierta certeza el calentamiento global con un avance progresivo hacia el cual camina la humanidad y sus efectos irán alcanzando e impactando en diferentes grados a los países o regiones.  Es así que, los esfuerzos para hacer frente a las nuevas condiciones climáticas que se puedan presentar, se vienen canalizando a través de dos ejes principales. El primero es la adaptación y el segundo es la mitigación a los efectos del cambio climático. Transversal a estos ejes, podemos definir a las acciones que cada habitante puede emprender en el marco de una menor dependencia y uso de combustibles fósiles, diversificando las fuentes de energía primaria y generando conciencia en el uso final de la energía.

El Ecuador ha hecho esfuerzos significativos para diversificar la matriz de generación eléctrica, el estudio de vulnerabilidad por efectos del cambio climático de las cuencas hídricas donde se encuentran los principales proyectos hidroeléctricos, programas para la sustitución del uso de combustibles fósiles por energía eléctrica en el usuario final, así como la promoción de la eficiencia energética a través de instrumentos como el Plan Nacional de Eficiencia Energética (PLANEE) o la Norma Ecuatoriana de la Construcción (NEC) en su capítulo 13, entre otros, con el objetivo de mitigar los efectos sobre la provisión de energía eléctrica ante climas extremos, calor o frío, que se puedan presentar por efectos del cambio climático.  

Sin embargo, por diferentes causas el consumo per cápita de energía eléctrica en el Ecuador, experimenta un incremento desde el año 1990 hasta el 2016 muy por encima del que se da en la Zona Andina o América del Sur como podemos observar en la siguiente tabla.

Fuente: sieLAC-OLADE                  
               
Suplir necesidades energéticas insatisfechas, factores socio-económicos, uso de nuevas tecnologías, entre otros, son factores que han llevado a que desde 1990 hasta el 2016 en Ecuador el consumo eléctrico total per cápita se triplique, mientras que en la Zona Andina o América del Sur no llegue a duplicarse en el mismo período. El crecimiento experimentado por Ecuador es considerado como positivo desde el punto de vista social, económico y de desarrollo; sin embargo, esta tendencia de crecimiento tiene que empezar a estabilizarse, siendo este uno de los retos que enfrentan los sectores de consumo.  Uno de ellos es el sector residencial que ha experimentado un crecimiento durante el mismo período muy similar al consumo total de energía que analizamos antes. En la siguiente tabla podemos ver como se ha comportado este sector.

Fuente: sieLAC-OLADE    
            
Las diferentes zonas climáticas que tiene Ecuador justifican que este análisis en el sector residencial se debe profundizar por zona climática, principalmente por la injerencia que el clima tiene en el comportamiento al interior de las edificaciones. Las zonas con climas calientes utilizan sistemas mecánicos para climatizar los espacios construidos, es por esto que, en el sector residencial de la costa ecuatoriana se observa un mayor consumo eléctrico si lo comparamos con el mismo sector de consumo en la sierra.

Las temperaturas que se puedan presentar con los efectos del cambio climático van a tener una relación importante con un posible incremento en el consumo energético, ya sea para bajar la temperatura al interior de la edificación o para incrementarla, de manera que los ocupantes puedan desarrollar sus actividades al interior de la misma, con su respectivo consumo de energía. En ciudades que se encuentran en una zona climática como Quito, donde no es común el uso de sistemas de climatización para edificaciones, el incremento en la temperatura exterior puede suponer que estos sistemas sean requeridos con mayor frecuencia y consecuentemente, esto supone un posible incremento importante en el consumo de energía eléctrica. Cobra vital importancia los esfuerzos que se deben realizar para definir los materiales y estrategias pasivas en el diseño y construcción de edificaciones acordes a la zona climática y tomando en consideración variaciones en las temperaturas.

Lo expuesto, tienen como finalidad dejar en el lector una conciencia sobre las posibles consecuencias que se pueden presentar a raíz del cambio climático y sus efectos en la provisión de energía. La mitigación, así como la adaptación al cambio climático no es solo una responsabilidad de quienes proveen energía eléctrica, sino también de los consumidores. En el ecuador se ha fortalecido los sistemas de provisión de energía eléctrica, se ha realizado esfuerzos encaminados a implementar eficiencia energética en todos los sectores; sin embargo, es necesario consolidar estos procesos y no descuidar la importancia que puede tener el cambio climático para los sectores de oferta y demanda de energía.


AUTORES:

Martín Cordovez Dammer.
Director Ejecutivo del Instituto de Investigación Geológico Minero Metalúrgico /Director de la Maestría en Ecoeficiencia Industrial Universidad Internacional SEK

Graciela Uzcanga Urbina
Decana de la Facultad de Ciencias Naturales y Ambientales de la Universidad Internacional SEK

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