Autoempleo y su relación con la brecha de género en cargos directivos
El
emprendimiento de mujeres es abordado y estudiado desde distintas esferas,
desde la década de los años 70 donde únicamente el 3,12% de mujeres
económicamente activas trabajaban por cuenta propia, 20 años más tarde esta cifra se había duplicado llegando en la
década de los 90 al 6,76% (cifra mundial).
Actualmente el Global Entrepreneuship Monitor conocido por sus siglas
GEM y que cada año establece estudios globales, regionales y por país; en su informe
2017 - 2018, señalan que la intención
emprendedora de mujeres alcanza un 36%.
Paradójicamente
los países que más altas tasas de
emprendimiento de mujeres tienen, son aquellos que se encuentran en vías de
desarrollo. De acuerdo a Fuentes (2018), esta lista la encabeza África donde la
intención emprendedora de mujeres es del 26%, mientras que Latinoamérica tiene
el 17%, Norteamérica un 12%, quedando en último lugar Europa con un 6%, esta
paradoja reside en que la mayoría de mujeres emprenden por necesidad y en áreas
que no requieren especialización; mientras que en economías más fuertes, la
intención emprendedora de la mujer disminuye y el grado de especialización se
incrementa, según Fuentes (2018), las mujeres emprendedoras tienen menos
probabilidad de estar en sectores TIC (tecnologías de la información y
comunicación), en conjunto menos del 2% crean negocios en este sector; mientras
que en el sector del comercio y la venta al por menor están el 60%. Otro factor a considerar es que el nivel de
ventas internacionales en este tipo de emprendimientos es inferior al 1%. Al
contrastar estos datos con economías más desarrolladas, se observa que el 50%
de mujeres emprendedoras se ubican en sectores de servicios al gobierno, salud,
educación y sociales.
Cuando
analizamos estas cifras a nivel mundial es importante señalar la importancia del
contexto institucional en los distintos países, se debe reconocer que hay
países con altos índices en la brecha de género en cargos directivos. Es ahí donde se debe puntualizar que la
creación de empresas y el autoempleo femenino está relacionado en un gran
porcentaje, con las expectativas de las
mujeres por alcanzar posiciones directivas, por lo que, la creación de su
propia empresa sería una forma de alcanzar estas posiciones. En el estudio realizado en la ciudad de
Quito, se observa esta brecha, ya que se determinó que del total de empresas constituídas como
sociedad anónima hasta el año 2017, un 34% tenía mujeres como presidentes de la
empresa y apenas un 28% como gerentes, situación que se repite a nivel nacional
de acuerdo a varios estudios publicados por distintos organismos.
Es
importante entonces analizar los distintos contextos que influyen en las
mujeres a la hora de crear una empresa. En el siguiente artículo desarrollado
por María Eulalia Chávez, docente de la carrera de Negocios Internacionales y
Patricio Estrada, egresado de la Maestría en Administración de Negocios de la
UISEK se aborda el tema desde el contexto social.
Autora:
María Eulalia Chávez Rivera, Docente-investigadora de la UISEK.
Ver vídeo de autora, describiendo el proceso la investigación.
Ver vídeo de autora, describiendo el proceso la investigación.
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