Los cambios en la rutina diaria afectan la calidad del sueño
La calidad y cantidad de sueño, los
patrones de descanso y los hábitos de sueño determinan en gran medida la salud
y bienestar general de las personas. Una adecuada calidad de sueño, incluso,
favorece el funcionamiento del sistema inmune para prevenir infecciones. Por lo
tanto, en la actual crisis por COVID-19 es fundamental promover unas óptimas
condiciones del sueño en la población general y en la población trabajadora.
“Las
profundas transformaciones en el estilo de vida en el marco de la cuarentena,
pueden suponer importantes cambios a la rutina diaria y, por tanto, a los
hábitos de sueño” así lo detallan las doctoras Yolis Campos y Pamela Merino,
docentes de la Unversidad Internacional SEK (UISEK). Por otro lado, la
incertidumbre, la desinformación, el temor a contraer la infección o que un ser
querido también se vea afectado, así como las dificultades sociales y
económicas experimentadas tanto a nivel personal como a nivel de sociedad,
constituyen importantes estresores para la salud mental. “De hecho, la
evidencia disponible muestra una alto porcentaje de manifestaciones
psicológicas en el contexto de la pandemia, principalmente ansiedad, depresión
y estrés, todas relacionadas con alteraciones en el sueño”, acotan las docentes.
Esta
crisis de salud pública constituye, también, un reto para la resiliencia tanto
de las personas como de las organizaciones. Las docentes nos comparten algunas de las
estrategias que pueden ser adoptadas por las organizaciones para proteger la
salud de los trabajadores y evitar trastornos del sueño: “formación e
información en seguridad y salud laboral en situación de confinamiento y/o
teletrabajo, evaluación de condiciones de trabajo psicosociales y de naturaleza
física en el contexto de la pandemia por COVID-19, remitir a los trabajadores
información oportuna sobre protocolos de actuación en caso de confinamiento e
incapacidad temporal, fomento de una adecuada coordinación de actividades
empresariales y apoyo por parte de directivos y supervisores a los trabajadores”.
A nivel personal, las docentes señalan que existen
diferentes estrategias que pueden favorecer a nuestros hábitos y calidad del
sueño durante la pandemia por COVID-19. Una de las principales recomendaciones
es establecer rutinas y un horario de sueño con pocas variaciones, evitar
trabajar en la cama u observar películas o series hasta muy tarde, evadir la
sobreinformación, hacer ejercicio en casa y no descuidar aspectos de salud e
higiene personal, pueden ser algunas estrategias muy eficaces para alcanzar un
sueño óptimo, que beneficio a nuestra salud y bienestar.
Por último,
desde la UISEK creemos que es fundamental mantener el contacto con nuestros
amigos y familiares, dado que se ha demostrado, también en este contexto, el
beneficio que tiene el apoyo social para la salud mental y, por tanto, para la
calidad del sueño. De la misma manera, estas estrategias podrían ayudar a tener
menos dificultades en adaptarnos, cuando debamos retornar a nuestros sitios
habituales de trabajo.
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