La sobrealimentación con una dieta rica en grasas promueve la esteatosis hepática

 

Un estudio de la Universidad Internacional SEK, desarrollado por el docente e investigador Lino Arisqueta, proporciona una nueva perspectiva sobre el empleo de las dietas ricas en grasa (HFD, por sus siglas en inglés) para inducir hígado graso en ratones y modelizar así la enfermedad del hígado graso no alcohólica (NAFLD, por sus siglas en inglés). Demostramos que ciertos mecanismos relacionados con la circulación enterohepática (recaptación de sales biliares en el intestino con dirección al hígado) podrían ser responsables de las diferencias que se observan entre machos y hembras en cuanto al desarrollo de NAFLD.

Los ratones ob/ob mutantes, deficientes en leptina, la hormona responsable de la saciedad, son hiperfágicos (comen sin límite) y  desarrollan obesidad, resistencia a insulina y han sido abundatemente empleados como un modelo animal que imita las carácterísticas humanas de NAFLD. Asimismo, las dietas HFD han sido extensivamente empleadas para la inducción de NAFLD. La mayoría de los estudios se han realizado en ratones machos, pero nosotros quisimos contribuir con más evidencia en relación a NAFLD en individuos hembra. En nuestros experimentos, la HFD sólo pudo inducir acumulación de lípido en los ratones mutantes, pero no en los silvestres (controles). Sin embargo, sí detectamos un descenso de ésteres de colesterol asociados a los cuerpos lipidicos de ambos genotipos. Este descenso iba acompañado de  la mejora de ciertos parámetros de funcion y salud hepática, así como del perfil de lipoproteínas que transportan colesterol (aumento de HDL). Mediante el empleo de hepatocitos primarios se revertió la acumulación de ésteres de colesterol inducida experimentalmente mediante el empleo de un agonista (activador) para el receptor de sales biliares acoplado a proteína G Takeda, pero solo en los hepatocitos de ratones hembras. Los de machos no tuvieron respuesta. Esto sugiere que la circulación enterohepática de sales biliares podría ser un factor que contribuye a las diferencias entre sexos en cuanto al desarrollo de NAFLD. También incide en la importancia de incorporar animales hembra al estudio de esta enfermedad. 

Leer investigación completa publicada en American Journal of Physiology-Gastrointestinal and Liver Physiology, aquí.

Autor: Lino Arisqueta, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas.

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